Un soñador más

miércoles, 26 de febrero de 2014

Aveces la respuesta es no preguntarse "¿por qué?"

¿Cómo empiezan las historias?, ¿cuándo empiezan?, ¿quién hace historia?, ¿qué es una historia?, ¿cuándo termina?...

Aveces simplemente no hay respuestas, aveces la respuesta es no preguntarse "¿por qué?" y más cuando hablar de historias efímeras se trata... y yo sí que sé bastante de eso. Suelo ser tan desconfiada que me ilusiono con cualquier palabra o mirada bonita. Sí. Así de coherente y lógico, pero no me culpo es algo más de mis pensamientos obsesionados y creativos que se la pasan imaginado y creando "realidades", es como encontrarse a alguien en la calle, por alguna razón mi mirada se cruza con la de él, hay conexión y tal vez algo más si mi cabeza empieza a maquinar, tal vez una boda sencilla, una luna de miel que dure dos o tres años, lo suficiente para darle dos vueltas al mundo con pacitos de caracol, tal vez con un hijo o dos, un apartamento grande con una vista increíble, puede ser el mar o la ciudad, un perro, unos pajaritos que canten y... por fortuna esos encuentros son de segundos, por eso no he llegado a más, soy de momentos, así como puedo enamorarme en un segundo, puede que si vuelva a ver al mismo personaje una segunda vez, apuesto que me fastidiaría porque estorbaría mis pensamientos mientras pienso en alguien más, por fortuna, no me ha pasado, así que sigo enamorada de mil y casada con otros mil.
Pensarán que tengo delirio de psicópata, pero no, no he matado a nadie, incluso la única que ha muerto con tanta ilusión, he sido yo, tantas, que ya perdí la cuenta pero no las suficientes para dejar de hacerlo. 

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