Un soñador más

jueves, 4 de junio de 2015

Resurgí

Entre los epitafios de los sepulcros de amores que enterré
se encuentran entre líneas las cenizas de las que pude renacer
porque entre equivocaciones y aciertos
me consumí en fuego y resurgí en medio del viento.

Resurgí, me reinvente, volví a nacer... y no hay mejor habilidad que la versatilidad.
Abrir los ojos a un mundo nuevo, ser quien quieras ser hoy y mañana tal vez ya no;
y para eso, la oportunidad de otro día para un nuevo comienzo.
perseguir sueños, ambiciones y reinventarse para conseguirlos, pero conseguirlos.


Cuesta aceptar que la escuela de la vida se encuentra en los momentos difíciles,
en las caídas, en los golpes, en los abismos, en las lágrimas, en medio de la nada
porque es allí en donde se aprende a ser fuerte, en donde corregimos nuestros errores
en donde aceptamos nuestros defectos y desarrollamos nuestras mejores habilidades
porque se aprende en esos momentos que uno no tiene a nadie más que a uno mismo.

Por eso de nómada, decidí hospedarme en el hoy, disfrutar del momento,
dejar el pasado en el baúl de los recuerdos, cual álbum que se deleita bajo el sabor de un buen café los domingos en la tarde, cada mes, aunque suene a cliché... y dejar el futuro
en manos del hoy, porque es ahí en donde se construye.


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